Casi todo es otra cosa

Columna semanal publicada en el periódico "Últimas Noticias" de Ciudad Victoria, Tam., y otras cosas que se me ocurren en el camino. Por Elin López León de la Barra.

15 febrero 2007

¿El Crack en la cultura?

Cuando en 1995 un grupo de jóvenes escritores mexicanos publicó su primera versión de un manifiesto que exponía sus ideas sobre el rumbo que debía tomar la novela (y por ampliación, la literatura) mexicana: ''Vamos a apostar por la novela ambiciosa, la novela total, la que busca crear un mundo autónomo en el lector, la que rescriba la realidad, una novela que verdaderamente diga algo”, no creo que imaginaran que doce años después, varios de ellos se encontrarían al frente de algunas de las más importantes instituciones culturales del país. O tal vez si, y todo haya constituido un plan maquiavélico para, como personajes de caricatura, tratar de conquistar al mundo.

Y el mundo los escuchó. Desde antes de la publicación del manifiesto estaban acumulando premios y reconocimientos. Después, en 1999 Jorge Volpi ganó el premio Biblioteca Breve de Seix Barral con su novela En busca de Klingsor (con la cual da inicio a su “Trilogía el siglo XX”, que lo ha convertido en uno de los escritores mexicanos contemporáneos más reconocidos a nivel internacional) y al año siguiente, Ignacio Padilla se hizo acreedor al Premio Primavera de Novela otorgado por la editorial Espasa – Calpe con Amphitryon.

Estos premios atrajeron la atención sobre el grupo y su Manifiesto del Crack, que pretendía romper con los esquemas en los que, según consideraban, estaba estancada la literatura mexicana y latinoamericana en general.

El resto de los integrantes del grupo (Eloy Urroz, Ricardo Chávez Castañeda, Pedro Ángel Palou, Alejandro Estivill y Vicente Herrasti) se destacaron también por méritos propios, pero sin desligarse de los demás, en lo que Urroz define como “una estrecha amistad literaria” (considerando que por ejemplo, Padilla, Volpi y él mismo se conocen desde la preparatoria). Sin embargo, añade en Crack, instrucciones de uso (Mondadori, 2004): “el crack se propuso ante todo como una forma de hacer novelas —y no sólo como una amistad”.

Al poco tiempo estaban publicando en las secciones de cultura de importantes periódicos a nivel internacional: El País, El Herald, El Universal. Participaban en el mundo de la diplomacia: Padilla como agregado cultural de la Embajada de México en Gran Bretaña y Volpi en Francia. También se integraron al servicio público (Palou fungió como Secretario de Cultura del Estado de Puebla y Estivill se desempeña como encargado de asuntos culturales de la SRE). Sin embargo, no dejó de sorprender el reciente nombramiento de varios de estos escritores como funcionarios del CONACULTA: Jorge Volpi como director del Canal 22, Vicente Herrasti como Director General de Publicaciones e Ignacio Padilla en la Dirección de la Biblioteca José Vasconcelos.

Digo que sorprendió porque, a pesar de que en los últimos años han matizado un poco la virulencia con la que se manifestaron contra algunos de los máximos exponentes de la literatura nacional, y de haber repetido hasta el cansancio que el crack no se “proponía sólo como el ejercicio de un tipo de novela circunscrita fuera de México” (cito nuevamente a Urroz), argumento esgrimido por muchos de sus críticos, la realidad es que la carrera de estos escritores está sucediendo en gran medida fuera de nuestro país. Por lo cual, considero, es un momento extraño para ellos para comprometerse con un puesto de esta naturaleza, en un país que requiere de todo el esfuerzo de sus funcionarios culturales para revitalizar el panorama.

Tal vez, sin embargo, esta es la vuelta de tuerca. Tal vez es precisamente eso lo que tenía en mente Sergio Vela al invitarlos a formar parte de su equipo. Después de todo, si lo hicieron con la literatura, seguramente encontrarán la manera de agitar las aguas de la cultura oficial en México.

1 dicen que dicen:

  • El 15 febrero, 2007 19:38, Anonymous Anónimo dijo otra cosa…

    lo interesante de esto es que todos estos personajes de la literatura han aceptado la invitación para pertenecer al gabinete cultural del país, así que será todo un reto combinar sus conocimientos con la política y con el gobierno, pero definitivamente en favor de la cultura de México.

     

Publicar un comentario

<< El camino amarillo