Casi todo es otra cosa

Columna semanal publicada en el periódico "Últimas Noticias" de Ciudad Victoria, Tam., y otras cosas que se me ocurren en el camino. Por Elin López León de la Barra.

30 noviembre 2006

Aviso

Esta columnista está en Guadalajara, tratando de abarcar toda la Feria Internacional del Libro. Nos vemos la próxima semana.

16 noviembre 2006

Visita de un brasileño a Tampico

Mientras paseamos cerca del edificio de la Aduana, el anciano dice súbitamente: ¿Sabes que Herman Melville reescribió 50 veces la primera frase de Moby Dick? Y terminó quedándose con “Call me Ishmael". Habla acerca de la sencillez y efectividad de la frase, sobre la historia que se desata tras esa aparente simpleza. Alguien pregunta ¿Dónde leíste eso? y el hombre sonríe traviesamente: Lo acabo de inventar.

Así son las conversaciones con Rubem Fonseca, salpicadas de erudición, pero también de humor. Es necesario tener los sentidos y el entendimiento en permanente estado de alerta para distinguir la realidad de las historias que va entretejiendo con el material que se encuentra a la mano. La esencia del escritor.

Aunque declara no creer en nada, Fonseca es un hombre curioso. En nuestra expedición por el mercado, se siente atraído hacia los puestos de santería (tan cercanos a su tierra, Brasil), en especial a una enorme figura de la Santa Muerte, a la que una adolescente casualmente ofrece un ramo de flores blancas.

El escritor estuvo en Tampico para participar en el Festival Letras del Mundo en Tamaulipas, donde fue la figura más relevante. Tanto que algunos de los otros autores asistieron con la intención de conocerlo. Y el hombre delgado, de mirada inteligente, no decepcionó a nadie.

Cada una de mis presentaciones es como un performance, dice, es importante el acercamiento con el público. Y eso es evidente cuando para asombro de todos, durante la primera sesión de lecturas toma un micrófono inalámbrico (materializado de quien sabe donde) y se pasea por el escenario, hechizando con sus palabras, pronunciadas cuidadosamente. Lee el cuento La carne y la piel, rezumante no de erotismo sino de sensualidad, fuerte y explícita como toda su obra.

En su siguiente lectura, el jueves, lee el primer capítulo de su novela Pasado negro (ahora reeditado bajo el título original de Bufo & Spallanzani). Casi al finalizar el texto, descubre que ha olvidado un par de hojas. Esperen, que lo que sigue es muy bueno, dice. Y al darse cuenta de que ha extraviado definitivamente el resto de sus papeles, decide relatar la historia de memoria, apasionadamente, lo que le vale la ovación más cerrada de la noche.

Al terminar la lectura, la gente se acerca. En persona es un hombre amable, que destila cierta timidez. Después de casi una semana la prensa ha entendido que no concederá entrevistas, ni posará para fotos de periódicos. Pero con los lectores es otra historia: sus ojos azules se iluminan, el cansancio se desvanece. Con sus más de 80 años a cuestas, está lleno de vitalidad, pasión, agudeza.

El día de la clausura, Fonseca decide no leer ningún texto. Hoy alguien me preguntó si la novela ha muerto, dice. Y voy a contestarle ahora. Haciendo gala de lucidez, hace un recuento de las amenazas que ha sorteado con éxito la novela (la literatura en general): el cine, la televisión, el internet. Y su vigencia, a pesar de todo. Termina con una frase de García Márquez: Si usted dice que la novela está muerta, no es la novela, es usted el que está muerto. ¡Viva la novela! ¡Viva la poesía! Ante este testamento, el público responde con una nueva salva de aplausos. Que siga así, que su mirada clara y sagaz nos acompañe mucho, mucho tiempo.

En otro orden de ideas. Continúa la Feria del Libro en Tampico, que se clausura el domingo a las 20:00 horas con una conferencia de Juan Domingo Argüelles. La exposición y venta de libros está abierta de 10 de la mañana a 9 de la noche y durante el día se realizan diferentes actividades culturales. En Ciudad Victoria, hoy jueves a las 20:00 horas se inaugura en el Museo Regional de Historia de Tamaulipas la exposición Fragmentos de Javier Marín. La entrada es libre, ahí nos vemos.

09 noviembre 2006

Los minutos negros o la corrupción como forma de vida

Supe por primera vez de la existencia de Martín Solares hace un poco más de un año, en la presentación que realizó en Tampico la Claraboya Literaria (ese maravilloso grupo comandado por Juan José Villela) de Nuevas líneas de investigación: 21 relatos sobre la impunidad (Ediciones Era, 2003), libro que él define no como una antología, sino como una selección de investigaciones alternas sobre los principales escándalos ocurridos en nuestro país en los últimos años.

Ahora y con el pretexto de que Martín regresó al puerto como hijo pródigo para participar en el Festival Letras del Mundo en Tamaulipas (desde París, donde está terminando su doctorado), la Claraboya Literaria organizó el pasado sábado una presentación de Los minutos negros (Mondadori, 2006), primera novela del escritor tampiqueño.

Juan Jesús Aguilar y Augusto Cruz estuvieron a cargo de la presentación. Pero al llegar a la tradicional sección de “Preguntas y evasivas” característica de la Claraboya Literaria, Martín se ganó a pulso al público al demostrar que el humor y la ironía que permean el texto no pertenecen exclusivamente a sus personajes.

Los minutos negros se desarrolla en Paracuán, puerto del estado de Tamaulipas que se revela como una mezcla de los más sórdidos rincones y momentos de la historia de Tampico, Madero y Altamira, aderezados con el ojo de un apasionado lector de crónica periodística y novelas policíacas.

El asesinato de un periodista sirve de pretexto para que el investigador Ramón “El Macetón” Cabrera retome la historia de Vicente Rangel, músico frustrado convertido en policía honrado que la década de 1970 esclareció una serie de asesinatos de niñas perpetrados por un homicida apodado el Chacal.

Ambas historias (la novela dentro de la novela) descubren el bajo mundo de la policía mexicana, la corrupción, la sordidez sobre la que establece la fachada de nuestro aparente orden y normalidad.

Martín Solares define a su novela como una casa blanca que tiene adentro una casa negra, en el centro de la cual hay un jardín donde está sentado el escritor B. Traven.

Porque sí, en la novela conviven personajes como policías honrados (dos) y corruptos (decenas), narcotraficantes, madrinas, el cantante Rigo Tovar y su grupo, el criminólogo Quiroz Cuarón (también originario de Tampico), Traven y hasta el Rey de los Marcianos, en una sucesión vertiginosa que enriquece el texto desde múltiples puntos de vista, construyendo una novela ágil y bien estructurada que atrapa desde las primeras páginas.

Pero quizás la pregunta más importante que plantea Martín es si cada uno de nosotros podrá escapar a esos cinco minutos negros que se presentarán en nuestra historia, tarde o temprano, para llevarnos irremediablemente a la desdicha.

En otro orden de ideas. Entre los eventos culturales que se llevarán a cabo en Tampico esta semana destacan un homenaje a Arturo Castillo Alva el viernes 10 de noviembre a las 20:30 horas en la Casa de Cultura; la Inauguración de la Feria del Libro 2006 en la Zona Peatonal de la Plaza de Armas el sábado a las 20:00 horas (la cual permanecerá abierta hasta el domingo 19 con la participación de escritores como José Antonio Ramos, Alberto Chimal, Juan Domingo Argüelles, Luis Aguilar y Daniel Espartaco), y por supuesto, el Festival Letras del Mundo en Tamaulipas, cuya última lectura y clausura se llevará a cabo el viernes a las 18:00 horas en el Teatro del Espacio Cultural Metropolitano. Asista, lo esperamos.

02 noviembre 2006

Nostalgia de día de muertos

La fecha invita a hablar del Día de Muertos, las tradiciones mexicanas, la herencia que vamos perdiendo seducidos por otras costumbres que no son las nuestras pero que ya tampoco nos resultan extrañas, sino todo lo contrario: la paulatina sustitución del altar de muertos por la sonriente calabaza tallada y el recuerdo de los Fieles Difuntos por el Halloween. La pérdida de la identidad, de las costumbres (que a fin de cuentas tampoco son tan nuestras, sino más bien de otras regiones del país). Las calaveras de Posadas y las rimas de las calaveras vs. la calavera pirata que ostenta la negra bandera del Perla Negra.

La fecha invita a hablar de nuestros muertos, de aquellos que perdimos y a veces encontramos bajo la almohada o en una fotografía descolorida, los que nos acompañan día a día mirando sobre nuestros hombros con sus ojos transparentes, los que hemos olvidado y recordamos en esta época de flores encarecidas y panteones saturados.

La fecha invita a hablar de nuestra mirada cambiante a través del tiempo, desde la del niño ilusionado que pide dulces y amenaza con sus travesuras, a la de los adultos que extrañan su propia inocencia disfrazada de infancia mientras ven los días diluirse lentamente, entre cientos, miles de minucias que se acumulan llenando las horas y los años.

La fecha invita a hablar de disfraces, espantos, duendes, hadas, brujas, hechiceros, gatos negros corriendo entre flores de cempasúchil, el llanto de los niños muertos, panteones y velas encendidas, ofrendas veladas hasta la madrugada al calor de un café de olla.

La fecha invita a hablar de lo que todos hablan, en medio de la celebración colectiva de los que fueron y lo sucedido, de lo fantástico y lo desconocido, de las fiestas propias y ajenas, de la mística, la tradición y el recuerdo; la fecha invita a olvidar por un momento lo que vivimos los que vivimos, a regodearnos en lo que fuimos y lo que todos, algún día, seremos.

En otro orden de ideas. Este lunes 6 de noviembre se inaugura en Tampico el Festival de Literatura Letras del Mundo en Tamaulipas 2006 (a las 19:00 horas en el METRO) y continúa durante toda la semana con lecturas en el Centro de Excelencia de la UAT, Campus Tampico – Madero, las cuales serán transmitidas a las sedes del Centro de Excelencia en Matamoros, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Reynosa y Ciudad Mante. La entrada a todos los eventos es libre y este año participarán Rubem Fonseca, Eliseo Alberto, Vicente Quirarte, Beatriz Espejo, Edward Hirsch, David Toscana y Marjorie Agosín, entre otros importantes escritores mexicanos y extranjeros, alternando con los tamaulipecos Martín Solares, Nohemí Sosa y Sara Uribe (queretana avecindada en Tampico). Los esperamos.