Casi todo es otra cosa

Columna semanal publicada en el periódico "Últimas Noticias" de Ciudad Victoria, Tam., y otras cosas que se me ocurren en el camino. Por Elin López León de la Barra.

01 marzo 2007

La verdadera forma de Dios

Con anterioridad en este mismo espacio había comentado que a los columnistas, cronistas y comentaristas nacionales (y alrededor del ancho mundo, supongo), con mayor o menor fortuna, les encanta establecer paralelos entre el fútbol y la vida cotidiana, y especialmente con la política.

Pero si hay alguien que sabe elaborar imágenes pulidas y metáforas brillantes sobre el fútbol y la vida es Juan Villoro, quien recibió recientemente en Barcelona el III Premio Internacional de Periodismo Vázquez Montalbán en la categoría de periodismo deportivo por su libro de crónicas Dios es redondo, publicado en nuestro país por Editorial Planeta (mientras que el reconocimiento en el área cultural y política recayó en Tomás Alcoverro, periodista español de larga trayectoria).

Villoro, ensayista, novelista, cuentista y autor de libros para niños, hombre de variadísimos intereses, ha ejercido la crónica en diferentes publicaciones como Cambio, Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Universidad de México, Crisis, La Orquesta, La Palabra y el Hombre, Nexos, Vuelta, Siempre!, Proceso y Pauta, de la cual fue jefe de redacción, así como en los periódicos y suplementos La Jornada (cuyo suplemento La Jornada Semanal dirigió de 1995 a 1998), Uno más uno, Diorama de la Cultura, El Gallo Ilustrado y Sábado, entre otros. Tiene alrededor de 15 libros publicados. En 1999 obtuvo el premio Xavier Villaurrutia por su libro de cuentos La casa pierde, el Premio Mazatlán 2000 por los ensayos de Efectos personales y el Premio Herralde de Novela 2004 por El testigo.

Brillante escritor de crónica (género al que rebautiza como “el ornitorrinco de la prosa”), lo cual nos demuestra en sus libros Los once de la tribu y Safari accidental, Villoro nos revela que el deporte más popular de América Latina es materia para la literatura, tanto como una entrevista a Mick Jagger o el regreso a un Berlín reunificado.

En su discurso tras recibir el premio Vázquez Montalbán, comentó: “No hay historias sin emociones y no es casual que los escritores dirijan su mirada a los estadios. La forma de la pasión mejor repartida en el planeta es el fútbol”. Así, su nombre se ha vuelto una referencia recurrente para los aficionados debido a su labor como cronista de este deporte. Ha cubierto varios Mundiales: Italia 90 para El Nacional, Francia 98 para La Jornada y, recientemente, Alemania 2006 para la televisión. Su amable rostro barbado es una imagen familiar tanto para los asiduos seguidores de la programación del Canal 22 como para los apasionados futbolistas de sillón, logro del que no muchos escritores pueden presumir.

“Espejo de las sociedades, el fútbol cuenta con todas clases de testigos dispuestos a desentrañar los beneficios y vilezas que desata. Sin embargo, fue necesario un largo proceso de aculturación para entender que se trataba de una actividad que se merecía ser abordada por escrito”. Este escritor que descubrió su vocación gracias a (entre todas las causas) un locutor deportivo, el legendario Ángel Fernández, Villoro demuestra hasta a los más escépticos que en el fútbol podemos encontrar un espejo de la vida, un reflejo nuestras más altas y bajas pasiones y, por supuesto, de nosotros mismos.

4 dicen que dicen:

  • El 01 marzo, 2007 18:10, Anonymous Anónimo dijo otra cosa…

    y hablando de futbol...

    ganamos 3-1... buen juego!

    empiezan a verse los resultados del DT Sánchez!

    y comentando de Juan Villoro, Dios es redondo es una manera de acercar a los aficionados a la lectura, no solo de las columnas deportivas....

     
  • El 01 marzo, 2007 23:07, Anonymous Anónimo dijo otra cosa…

    Y exactamente, DIOS es redondo.

     
  • El 01 marzo, 2007 23:07, Anonymous Anónimo dijo otra cosa…

    Y exactamente, DIOS es redondo.

     
  • El 05 marzo, 2007 03:02, Blogger Rogelius dijo otra cosa…

    Gracias Villoro por tu redonda virtud y redonda aficion. Y gracias ELin por redondear una carrera tan redonda con la de Juan con tu letra redondeada.

     

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